¿Qué significa instruir al niño en su camino?
¿Cómo podemos hacerlo como padres, maestros o mentores? ¿Qué beneficios tiene para el niño y para nosotros mismos?
En este post, quiero compartir contigo algunas reflexiones y consejos sobre este tema, basados en el proverbio 22:6, que dice: «Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.»
Instruir al niño en su camino significa enseñarle los principios y valores que le ayudarán a vivir una vida plena, feliz y conforme a la voluntad de Dios. No se trata de imponerle nuestra forma de pensar o actuar, sino de guiarle con amor, respeto y ejemplo, para que descubra su propósito y potencial.
Para instruir al niño en su camino, necesitamos:
– Conocer al niño: Cada niño es único y tiene sus propios intereses, habilidades, personalidad y necesidades. Debemos esforzarnos por conocer al niño, escucharle, observarle y valorarle, para poder adaptar nuestra enseñanza a su ritmo y estilo de aprendizaje.
– Conocer el camino: No podemos enseñar lo que no sabemos. Debemos estar preparados y capacitados para instruir al niño en el camino que Dios ha diseñado para él. Esto implica estudiar la Palabra de Dios, orar, buscar consejo y aprender de otros que han recorrido el mismo camino.
– Conocer el método: No basta con transmitir información, sino que debemos hacerlo de una manera efectiva, creativa y motivadora. Debemos usar diferentes recursos y estrategias, como juegos, canciones, historias, preguntas, ejemplos, etc., para captar la atención y el interés del niño, y facilitar su comprensión y aplicación.
– Conocer el objetivo: No debemos perder de vista el fin último de instruir al niño en su camino, que es formar su carácter y su fe, para que sea un hijo de Dios, un ciudadano responsable y un agente de cambio en el mundo. Debemos evaluar el progreso y el impacto de nuestra enseñanza, y celebrar los logros y las mejoras del niño.
Instruir al niño en su camino tiene muchos beneficios, tanto para el niño como para nosotros. Algunos de ellos son:
– Para el niño: Le ayuda a desarrollar su identidad, su autoestima, su confianza, su inteligencia, su creatividad, su habilidad para resolver problemas, su capacidad para relacionarse con los demás, su sentido de la responsabilidad, su amor por el aprendizaje, su respeto por la autoridad, su obediencia a Dios, etc.
– Para nosotros: Nos ayuda a crecer como personas, como educadores y como cristianos. Nos ayuda a mejorar nuestra comunicación, nuestra paciencia, nuestra empatía, nuestra humildad, nuestra generosidad, nuestra sabiduría, nuestra gratitud, nuestra alegría, nuestra fe, etc.
Espero que este post te haya sido útil e inspirador. Te invito a que compartas tus comentarios, experiencias y sugerencias sobre cómo instruir al niño en su camino. Y recuerda: «Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.»
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