Hoy quiero hablarles sobre la necesidad vital del Espíritu Santo en nuestras vidas, basándome en Hechos 1:8. Este versículo nos dice: «Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.»
El Poder del Espíritu Santo
En Hechos 1:8, Jesús promete a sus discípulos el poder del Espíritu Santo. Este poder no es meramente físico o temporal, sino un poder espiritual que transforma nuestras vidas y nos capacita para ser testigos efectivos del Evangelio.
Referencia Bíblica:
Zacarías 4:6: «No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.»
Efésios 3:16: «Para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu.»
Ser Testigos de Cristo
El Espíritu Santo nos capacita para ser testigos de Cristo. Sin su ayuda, nuestras palabras y acciones serían ineficaces. Él nos da la valentía y el discernimiento para hablar la verdad y vivir una vida que refleje el amor y la gracia de Dios.
Referencia Bíblica:
Mateo 28:19-20: «Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.»
1 Corintios 2:4-5: «Y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
Transformación y Santificación
El Espíritu Santo no solo nos capacita, sino que también nos transforma y santifica. Él obra en nuestros corazones para conformarnos a la imagen de Cristo, produciendo en nosotros frutos de justicia.
Referencia Bíblica:
Gálatas 5:22-23: «Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.»
Romanos 8:13: «Porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.
El Pastor Ageu da Rosa concluyó el mensaje diciendo: la presencia del Espíritu Santo es esencial en nuestras vidas. Su poder nos fortalece, nos capacita para ser testigos fieles de Cristo, y nos transforma para vivir en santidad. Oremos para que cada día busquemos más de su presencia y dependamos completamente de Él.
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