¿Sabías que el corazón no es cajonera? Es momento de reparar eso, por eso me tomé este tiempo para escribir este post…te tomara solo 3 minutos.
Tragas el llanto. Tragas la bronca. Callas la boca. Pero el cuerpo habla, y mira que habla.
Hablan las puntas de los dedos golpeando en la mesa.
Hablan los pies inquietos en la cama.
Habla el dolor de cabeza.
Habla la gastritis, el reflujo, la ansiedad.
Habla el nudo en la garganta.
Habla la angustia, la arruga en la frente.
Habla el insomnio, habla la somnolencia.
Tu te callas, pero las voces internas no cesan.
EL CORAZÓN NO ES CAJONERA entiéndelo ➜
Las personas se enferman porque cultivan y guardan las cosas no digeridas dentro de sus corazones.
Lo normal del ser humano sería la comunicación y lograr decir lo que esta sintiendo.
Pero no todos se habilitan para ese difícil ejercicio.
No siempre digerimos bien aquellas pequeñas cosas: una mala respuesta de un mensaje, palabras que lastiman.
Finges que no escuchas, y te guardas todo, eso se va acumulando hasta que un día eso revienta.
Esos pequeños hechos indigestos recorren la garganta, entran en el estómago, invaden el pecho, y si lo permitimos callará nuestra boca y nuestra paz.
El tiempo puede tener un papel importante, pero no resuelve todo.
Mostrar siempre que todo está bien requiere mucha energía, el desgaste emocional es grande.
Te lo repito ➜ EL CORAZÓN NO ES CAJONERA
No puedes tragarte todo y decir amén!
¡Yo lo sé!
Tampoco puedes andar vomitando cosas atascadas en tu garganta. Pero puedes expresarte.
Hay momentos en que el sentimiento pide ser dicho, entendido, descifrado, traducido.Todo lo que quiere es ser exorcizado por la palabra o la forma que más le convenga. Expresar tranquiliza el dolor. El dolor no es para sentirlo para siempre. El dolor es una coma.
Entonces: haz una carta, escribe un poema, un libro. Canta una música. Ponte los zapatos y zapatea. Haz una acuarela. Vive tu vida.
Cuenta chistes, escribe textos, júntate con amigos. Sal a correr por el parque.
Habla con tu analista, habla con Dios…siéntase un artista.
Habla contigo mismo, charla con tu perro, grita al cielo, pero no te calles.
Porque «si te tragas todo lo que sientes, al final te ahogas». ¡EL CORAZÓN NO ES CAJONERA”.
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