¡Cómo Dios nos bendice al no concedernos todo lo que le pedimos!
A veces nos sentimos frustrados o decepcionados cuando oramos a Dios y no recibimos lo que le pedimos. Pensamos que Él no nos escucha o no nos quiere dar lo mejor. Pero la verdad es que Dios sabe mucho más que nosotros lo que nos conviene y lo que nos hará felices. Él tiene un plan perfecto para nuestra vida y todas las cosas cooperan para nuestro bien.
La Biblia dice en Romanos 8:26-28:
«Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.»¹
Esto significa que cuando no sabemos cómo orar o qué pedir, el Espíritu Santo nos ayuda y ora por nosotros según la voluntad de Dios. Él conoce nuestro corazón y nuestras necesidades mejor que nadie. Y también significa que Dios tiene un propósito para cada situación que vivimos, por difícil que sea, y que Él puede sacar algo bueno de todo lo que nos pasa, si le amamos y le seguimos.
Así que la próxima vez que ores y no recibas lo que esperabas, no te desanimes ni te enojes con Dios. Al contrario, agradece que Él no responde todos tus pedidos, sino que te da lo que realmente necesitas y lo que te hará crecer en tu fe y en tu relación con Él. Confía en su amor y en su sabiduría, y verás cómo Él obra en tu vida de manera sorprendente y maravillosa.
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